Si bien desde este blog hemos comentado bastantes comidas de nuestro viaje a Japón, desgranando los aspectos que nos han parecido más interesantes, nunca ha habido intención de hacer un listado de recomendaciones. La razón es que ni hemos recorrido lo suficiente, ni el objetivo nunca fue visitar sitios de referencia, o de esos que “no te puedes perder”.  La mayor parte de nuestra experiencia es accidental, de puro azar y evitando los sitios más recomendados y normalmente saturados.  Nuestras comidas han sido en lugares en los que caes simplemente porque estabas allí o en los que entras porque te han caído en gracia, sin más cálculo. Pero para finalizar esta serie vamos a hacer una excepción recomendando un lugar. Las razones son varias. En primer lugar, por su ubicación. Tokio es una ciudad con un cierto grado de destartalamiento o caos organizado, que en ocasiones alcanza un irresistible encanto. Ese es el caso de barrio de Yanaka, uno de los pocos barrios tradicionales que quedan, y que conserva lo que los japoneses entienden que es el verdadero ambiente “shitamachi”. La segunda razón es por lo radicalmente japonés que es el lugar: mesas en el suelo, zapatos inadmisibles, saturación total de comensales, japoneses amabilísimamente hartos de explicarnos a los occidentales sus reglas más evidentes. La tercera una comida sencilla, casera y sabrosa. No se pierdan la tortilla de arroz con tinta de calamar, la especialidad de la casa; o el pollo con curry verde. Finalmente, el precio parece irrisorio por la calidad que uno recibe: apenas unos 6/8 euros por plato. Quizás de todos los sitios en los que comimos este es lo que más define lo japonés sin filtro alguno…… Pues eso, que vayan.

Detalles

Una de las muchas cosas que nos llamó la atención en Japón, son las colas que se forman en la puerta de los restaurantes a las hora punta de comidas.

Al principio no podiamos comprender porque ocurria en muchos establecimientos y es que parece que la mayoria de la gente va a la misma hora y en realidad la cola se mueve rapidamente porque los japoneses entran, comen y se van, sin ningúna sobremesa o duda sobre lo que van a tomar. Así que aprendimos ha hacer cola tambien.

Sapota Café Nonbiriya, barrio de Yanaka