El mundo de la comida rápida puede ser un lugar oscuro de la gastronomía, condenado a vivir entre las exigencias de los precios bajos, la elaboración en serie y las ofertas constantes. El resultado es en muchas ocasiones un producto que oculta su pobreza entre grandes cantidades de grasas, azúcar y sal. Pero no siempre es así. Entre la oferta que tenemos actualmente, de vez en cuando (sólo de vez en cuando) aparecen pequeñas cadenas que intentan sobresalir ofreciendo un producto de calidad. En el mundo de las pizzas a domicilio hace algún tiempo que surgió una pequeña cadena en Madrid, que fue para mí un auténtico descubrimiento: Pizza Napoli.

Cuando todavía no se hablaba (cacareaba diría yo) tanto de la pizza napolitana, esta pequeña cadena comenzó a servir a domicilio una de las mejores pizzas napolitanas que a día de hoy tenemos en la ciudad. La masa, la esencia siempre, lo mejor de todo. Elástica fina, elegante y muy delicada. En pocos restaurantes de precio alto he tomado yo un producto tan logrado. Los rellenos, como deben de ser, poca cantidad para dejar el protagonismo a su base, y de máxima calidad. El resultado era una pizza ligera, nada grasienta y llena de sabores naturales, la misma negación de esos bollos atiborrados hasta los bordes en ofertas de dos por uno (o por tres o por cuatro o por lo que sea). Su único defecto era que la finura suponía un enfriamiento rápido y a veces no llegaba suficientemente caliente a casa, pero un golpe de horno rápido solucionaba la situación.

El pasado viernes me disponía a encargar una pizza para una clásica noche de buen cine, cuando me informaron de que habían cerrado el restaurante de Retiro. Puesto en contacto con su central, me confirmaron que el cierre era definitivo y no se planteaban cubrir esta zona con ningún otro. Se acabó sencillamente. Quedarán, para otros clientes, otros dos locales más. ¿No había suficiente demanda? ¿Problemas de alquiler? ¿De gestión…? Nuca lo sabremos pero quizás como decía Eugenio d’Ors “En España lo más revolucionario que se puede hacer es tener buen gusto.”…..y como sabemos muchas revoluciones no acaban bien. Que tristeza.