En este panorama, de las hamburguesas eternamente premiadas e instagramer ubicuos, parece que hay algunos restaurantes que han preferido dedicarse a hacer buena comida y (como decía mi abuelo) olvidarse de zarandajas. Este es el caso de Gobu, que desde su muy pequeño restaurante de General Pardiñas 8 lleva años dedicándose a hacer lo que mejor saben hacer: una magnificas hamburguesas.

En más de una conversación con aficionados al plato aparece este local como de lo más recomendable de Madrid y ciertamente lo certificamos. Buen carbón, productos de muy muy buena calidad y sobre todas las cosas una personalidad muy marcada en sus creaciones. ¿Quién si no se atrevería a mezclar productos tan castizos como la oreja en sus hamburguesas? Lo que nunca acabo de descubrir es si son más punkis que tradicionales o a la inversa (sospecho que nunca lo descubriré) Para esta ocasión probamos de entrante la oreja con huevo, perfecto en su mezcla de texturas crujientes y chorreantes. De principal pedimos una hamburguesa con tartar de tomate y papada ibérica, y otra de queso ahumado y habaneros. En ambos casos el punto perfecto, y aunque es una obviedad, no es algo que te encuentres habitualmente por mucho que te lo garanticen. La calidad de la carne es excepcional y se toma como mantequilla, contrastando perfectamente con los acompañantes. Destacar que en ningún caso se trata de esas mezcolanzas y pastiches que nos encontramos en las hamburgueserías actualmente. En Gobu pueden arriesgar y equivocarse, pero siempre hay una intención. Para postre un clásico como la cookie salada con baño de chocolate y helado de vainilla. Y todo esto con una banda sonora que va desde Van Halen a los Ramones pasando por todos los mitos del rock….que más se puede pedir. Conclusión: para nosotros sigue siendo una de las mejores hamburgueserías de Madrid, y a este paso lo va a seguir siendo mucho tiempo más.