De visita por Betanzos este agosto no pudimos evitar hacer la “turistada” de irnos a comer una tortilla de patatas. Según cuanta la leyenda es una de sus cunas y donde la interpretación de este plato, alma mater de la gastronomía española, ha alcanzado su punto más sublime. Como buenos turistas desastrosos no reservamos en ningún sitio (eso que antes sólo había que hacer para comer en un cinco tenedores y que ahora hay que hacer hasta para tomarse una caña) y en nuestro peregrinar por los lugares más clásicos del pueblo no encontramos más que “todo completo”.
Así, un tanto desanimados, caímos en un pequeño bar con el marketiniano nombre de Café Bar Jenny O Bacel, y una atención de mesas muy desenfadada (en todos los sentidos). Una vez sentados y mientras nos traían la comanda observe que no tenía muy buenas críticas en las redes, pero últimamente este detalle me empieza a parecer una razón poderosa para ir a un sitio más que para evitarlo.
Arrancamos con unas croquetas de cecina que francamente estaban muy bien. Sabor intenso a verdadera cecina, costra crujiente y masa ligera, no se cansa uno nunca de este plato. Seguimos con una humilde ensalada de tomate y cebolla que tenía lo que debe tener, frescura y sabor. La tortilla, inevitable, estaba bien hecha al estilo Betanzos: la patata sin dorar, el huevo apenas cuajado en el exterior y el interior meloso. Para terminar una auténtica tarta casera de queso (digo casera de hecha en casa no ese “casera” que lleva como adjetivo la mitad de la producción alimentaria mundial). Nos quedamos con las ganas de tomar unas empanadillas colombianas que tenían una pinta estupenda y que sin duda eran tradición del país de la cocinera al frente.
En definitiva, un sitio agradable y con cocina honesta, algo no tan fácil de encontrar.
Detalles
Nos quedamos perplejos de la cantidad de turistas en Betanzos. En esta maravillosa terraza, a pocos metros de la marabunta disfrutamos de nuestra tortilla de patata.
Rúa Fonte de Unta, 22, Betanzos,
Galicia, España
