Si bien la comida ha hecho aparición en el cine desde sus inicios, el proceso mismo de preparación y las personas que lo llevaban a cabo, raramente fueron el motivo principal. El mismo Lumiere, inventor del cinematógrafo, represento en una de sus primeras filmaciones la escena de un desayuno, más nunca se le ocurrió filmar a aquellos que lo preparaban. Quizás el primer momento de gloria en el cine llegó con uno de sus mayores genios: En 1925 Chaplin rueda la agobiante escena en la que él y su acompañante, muertos de hambre, se cocinan y comen un zapato como si de un plato gourmet se tratara. Era “La quimera del oro” y cualquiera que haya visto esos tres minutos no podrá olvidarlos nunca. Habrá que esperar mucho, hasta los años 70, para que el cine vuelva a retomar la temática y esta vez para no soltarla. “La Grande Bouffé”, contándonos algo tan disparatado como un suicidio colectivo por ingestión de alimentos, fue despreciada por muchos como una película escatológica y de poca calidad…. pero díganme ustedes cuantas películas pueden permanecer en el inconsciente colectivo 50 años.  A partir de ahí se sucedieron pequeñas y grandes obras “Las truchas”, “El Festín de Babette”, “Delicatessen”, “Tomates verdes fritos”, “Comer, beber, amar”, “Ratatouille”, francesas, españolas, chinas, americanas, infantiles, comedias, dramas… Parece que la cocina da para mucho y nos va a dar para mucho más. En el 2023 dio el último salto y un restaurante se convirtió en la gran protagonista de las plataformas en streaming, coronado la salvaje cocina de “The Beard” como la mejor serie del año. Aunque todavía nadie habla de “genero culinario” en el cine, sospecho que a este ritmo de producción nos quedará poco para verlo. Bon Appetit