A Córdoba le está pasando lo que a gran parte de las ciudades de este país: ya no se pueden visitar, tan sólo se pueden “turistear”. Este último concepto es mucho más pobre, pues supone ir recorriendo las calles junto a una marabunta, en pantalón corto y gorra publicitaria, consintiendo que te cobren hasta por pedir la hora. Visitar la mezquita-catedral de Córdoba en estas condiciones se convierte en una experiencia surrealista… Pero, ay, no acaban aquí las penurias, y tras todo esto tenemos que comer y la cosa se torna peligrosa: “Paelas” a elegir en fotografías, helados de sabor a pitufo y una selección de las recetas más tradicionales recetas tuneadas de globalización, que tristeza. Pero la buena noticia es que la hostelería en este país, si uno tiene un poco de interés, siempre ofrece una salida. En el caso de Córdoba, y en pleno centro turístico, nos encontramos con La Lianta de Quini. Un bonito local con un patio en el que da gusto comer y un personal simpático y eficiente al frente. La carta es clásica, pero con algunas reinterpretaciones arriesgadas, que también se agradecen. Tomamos un salmorejo, como no, que estaba sabroso y denso de aceite, como debe de ser. La ensaladilla de gamba roja hizo honor al buen tratamiento que suele tener en este lugar el plato; con todos los componentes muy finamente picados y mezclados, hasta crear lo que casi parece una crema. Más arriesgado eran los niguiris en tempura y el resultado era bueno, aunque no acabamos de entender la propuesta. El que se explicaba sólo era el pan brioche con carrillada y aguacate: sabroso y mezclando con habilidad las texturas y los sabores. En definitiva, a pesar de los pesares, aún se puede comer bien en los centros del turismo. No dejen de buscar.
Detalles
En nombre del sitio me encanta «La lianta» me parece una palabra muy descriptiva.
Este sitio está en el Callejón del salmorejo, donde en una de las paredes de la calle está impresa la receta de este magnífico plato, y al fondo, escondido, está este local con su patio y sus macetas de geranios a la entrada.